viernes, 16 de marzo de 2012

EL MILAGRO JAPONES

Por: Carlos Pueyo Mejía
Cuando en agosto de 1945 explotaron dos bombas atómicas que
destruyeron las ciudades de Hiroshima y Nagasaki, desde hacía algún
tiempo Japón había sembrado el terror en los países asiáticos. Por esa
época era el temible imperio del sol naciente, que sustentaba su poderío en
una experimentada fuerza militar y se expandía en forma avasallante por
los rincones más insospechados del continente.
La errada creencia de que los emperadores tenían origen divino, el
nacionalismo ciego y la obsesión bélica de los militaristas que ejercían el
control político, lanzaron a Japón por el camino de la agresión para someter
naciones a la fuerza y abastecerse allí de materias primas en beneficio de
su economía.

En su vertiginoso lapso de medio siglo, en el cual se consolidó como
potencia armada y que concluyó en 1945 con un lamentable epílogo, Japón
anexó a Corea, se apoderó de la Isla soviética de Sajalín, obligó a China a
ceder la formosa, le arrebató la provincia de Manchuria, invadió a
Indochina, atacó a Filipinas, Singapur, Hong Kong, Malasia, Birmania y
Tailandia y bombardeó las bases navales y aéreas estaudinenses de Pearl
Harlbor (Hawai), intrépida acción que significó el principio del fin para el
imperialismo Nipón tras su incursión en la segunda guerra mundial.

LA HUMILLACIÓN
El imperio terminó de derrumbarse el 2 de septiembre de 1945 cuando,
apabullados por los bombarderos de Hiroshima y Nagasaki, dirigentes y
militares japoneses protagonizaron una humillante rendición a bordo del
acorazado norteamericano Missouri, dando paso a un gobierno de ocupación
a cargo de las fuerzas aliadas que se prolongó hasta el 8 de septiembre de
1951.

En el acta de estipulación, se estipulaba que el todopoderoso y hasta
entonces invencible Japón disolvería su ejército, renunciaría a la posesión
sobre las naciones invadidas, establecería un gobierno democrático, y se
dedicaría a producir artículos de consumo.
Era un duro golpe: Japón no solamente soportaba la vergonzosa
humillación, sino que perdía el 44% de sus territorios y la mayoría de las
instalaciones industriales de sus principales ciudades quedaban reducidas a
escombros tras el rotundo fracaso en la guerra.
Curso Clasificación de cueros terminados
Antioquia
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DE AYER A HOY

45 años después de ese episodio imborrable, los japoneses invaden al
mundo de automóviles, artículos electrónicos, cámaras fotográficas,
instrumentos musicales y avanzados sistemas de telecomunicaciones.
Compran los rascacielos más importantes de New York y los Angeles. Se
apropian del complejo turístico de la paradisíaca isla de contadora.

Adquieren las pinturas mas cotizadas en el mercado del arte y se dan el
gusto de pagar 82.5 millones de dólares (el equivalente a 40.000 millones e
pesos colombianos) por “El retrato del doctor Gachet” de Vicent Van Gogh.
45 años después, los japoneses invierten mas de 300.000 millones de
dólares en bonos del tesoro americano. Sus bancos y empresas
industriales, dominan el panorama de las finanzas y los negocios. Instalan
fábricas en el exterior y generan mas de 100.000 empleos en los Estados
Unidos y 40.000 en Europa y Asia. Son los más grandes donantes de ayuda
internacional. Y tienen en sus manos dos herramientas vitales para el
futuro: El dominio de la tecnología moderna y la fuerza de choque en el
ámbito financiero.

EL OTRO IMPERIO
Sobre las ruinas humeantes de las ciudades bombardeadas, los japoneses
empezaron a edificar con sacrifico, paciencia e imaginación, otro imperio de
carácter económico que hoy extiende sus brazos como un pulpo por todo el
planeta. Y lo lograron partiendo de cero, en una combinación de talento y
perseverancia, a pesar de que no alcanzaban los niveles de investigación y
desarrollo que poseían Estados Unidos y los países occidentales en la era de
la posguerra.
Avergonzadas de su pasado cruel, esta pequeña y superpoblada nación
renunció para siempre a los conflictos bélicos y encaminó sus energías hacia
la quijotesca tarea de la reconstrucción nacional, hasta transformarse en la
máxima estrella de las sociedades contemporáneas. Hasta convertir este
archipiélago de mas de 1000 islas en un territorio privilegiado donde se
respiran paz y prosperidad, donde 122 millones de personas hacen minuto a
minuto un esfuerzo sistemático y armónico con una sola consigna en la
mente: Hacer de Japón el mejor país del mundo.

EL HOMBRE, PRIMORDIAL
La disciplina social, la mística del trabajo, la creatividad y el espíritu
colectivo fueron algunos de los factores más importantes que se conjugaron
para forjar una nación admirable que hora tras hora persigue un preciado
objetivo que se llama LA EXCELENCIA.

Una excelencia que se consigue después de una feroz y permanente
competencia entre miles de empresas que libran batallas memorables para
apoderarse del mercado interno y ganar guerras comerciales en el exterior.
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Antioquia
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Por eso hoy existen el Japón mas fabricantes de productos industriales
civiles que en cualquier otro país del mundo, incluido Estados Unidos. Por
eso hay nueve fabricantes de automóviles y mas de 600 compañías de
productos electrónicos.

Toda esta hazaña es producto de un estilo administrativo eficaz, de una
sólida filosofía que concibe a la empresa como una gran familia, que tiene
en el hombre a su recurso más valioso y al desarrollo tecnológico como el
complemento fundamental para lograr altas metas en materia de eficiencia,
productividad y calidad, lo cual se traduce en jugosas ganancias para las
compañías, mayor dinámica en la economía del país y elevados ingresos
para los ciudadanos.

DE COPIADOR A...
Aunque durante mucho tiempo fue señalado como un imitador, el éxito de
Japón radicó en adoptar tecnología extranjera, asimilarla y transformarla
con innovaciones revolucionarias que contribuyeran a impulsar el desarrollo
de sus industrias.

Mientras lo japoneses se desvelaban y daban rienda suelta a su ingenio, los
demás países industrializados permanecían rezagados, dormidos en los
laureles, anclados en el tiempo. El razonamiento que aplicaron fue
elemental: Hay que elaborar productos de óptima calidad a precio
razonable y en tal variedad que puedan satisfacer el capricho de cualquier
consumidor.

Así, Japón pasó de ser un modesto alumno a un maestro excepcional. Y
ahora es potencia industrial y financiera. Y a comienzos del siglo xxi se
habrá consolidado como la primera potencia económica mundial.

EL MILAGRO JAPONÉS
El milagro Japonés, como lo han denominado los expertos, es “la epopeya
extraordinaria de un país carente de fuentes significativas de energía que
ha sabido transformar sus limitaciones en ventajas.”
Y en verdad es sorprendente que haya sucedido esto en un diminuto país
que cabe tres veces en Colombia. Que ocupa menos del 0.3% del territorio
habitable del planeta. Que está situado en una de las zonas más inestables
de la tierra. Que vive bajo la amenaza constante de terremotos, tifones y
maremotos. Que no posee recursos naturales abundantes ni materias
primas y que está cubierto en un 70 por ciento de bosques y montañas,
regiones no aptas para cultivar ni para vivir.
El Japón de hoy es el retrato de la prosperidad. Es un país súper moderno y
fascinante, una extraña mezcla de la cultura occidental y las tradiciones
orientales.
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Antioquia
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“NO HAY FÓRMULAS NI SECRETOS DISTINTOS A LA GENTE – INTIMA
RELACIÓN CON LOS EMPLEADOS – LA GENTE NO TRABAJO SOLO POER EL
DINERO – INCORPORARLOS A LA FAMILIA Y TRATARLOS COMO TAL –
SENSACIÓN QUE TODOS COMPARTEN EL MISMO DESTINO – CONOCER,
CONOCER,... CONOCER MÁS - QUE CADA QUIEN PARTICIPE MÁS CON SUS
IDEAS” 
Akio Morita.